Los altos costos de la indumentaria han impulsado a las personas a recurrir a talleres de arreglos para extender la vida útil de sus prendas, desde camperas hasta jeans y zapatos. El impacto económico y la reciente escalada en los precios de la indumentaria han provocado un cambio significativo en los hábitos de consumo de la población. Muchas personas han dejado de comprar ropa nueva y, en su lugar, están recurriendo a las modistas para realizar arreglos y extender la vida útil de sus prendas.
Según los propietarios de talleres de costura y zapaterías, la demanda por reparaciones ha crecido significativamente en los últimos meses. “La gente está arreglando mucho, se están viendo arreglos que antes no se hacían”, comentó una modista de nuestra ciudad en dialogo con nuestro medio Despertar Entrerriano.
Un ejemplo claro son los cierres de camperas de invierno, cuyo reemplazo puede costar alrededor de $8.000. Lo mismo ocurre con los jeans, cuyas reparaciones oscilan entre los $5.000 y $6.000, una opción mucho más accesible en comparación con la compra de una prenda nueva. En el rubro de los zapatos, se nota una tendencia similar: las personas prefieren reparar antes que invertir en calzado nuevo.
Las modistas han visto un incremento en el número de clientes que buscan ajustar, reparar y modernizar su ropa. Tal es el caso de Claudia, modista en sus ratos libres, quien indicó a nuestra redacción que “la gente está eligiendo arreglar la ropa y no comprar nueva, por los costos en general. Cambiar el cierre en una campera pueden llegar a gastar $7 mil pesos en comparación de una nueva que vale cerca de $40 mil pesos”, dijo.
“Hay que ver en cada prenda, si vale la pena arreglarla. Por ahí me traen camperas a las que ya las tendrían que cambiar por el desgaste del uso, pero se las arreglo igual porque sé que está muy difícil para comprar alguna nueva”, comentó la costurera.
Consultas de precios antes de arreglar
Carolina es propietaria de un taller de costura y dejó en claro que los clientes no solo vienen a arreglar ropa, sino que también consultan mucho sobre los precios antes de decidir. “Me preguntan cuánto les saldrá el arreglo y, cuando lo comparan con los precios en las tiendas, optan por reparar. Cambiar un cierre o ajustar un pantalón sigue siendo más económico que comprar uno nuevo, pero la gente ahora cuida cada peso que gasta”, indicó.
«La gente ya no compra como antes. Antes me traían ropa para hacer ajustes mínimos, pero ahora el 90% de mi trabajo son reparaciones grandes, como cambiar cierres o reforzar costuras. Un cambio de cierre en una campera, por ejemplo, sale más económico que comprar una nueva, y con los precios de hoy, la gente lo piensa dos veces antes de gastar en prendas nuevas», dijo Carolina a nuestra redacción.
El calzado también se ve afectado
La situación con los zapatos es similar. Fabián, zapatero con más de 20 años de experiencia confirmó esta noticia. “En Concordia un par nuevo puede costar fácilmente 90 mil pesos o más, así que las personas prefieren traer sus viejos pares para que les arregle las suelas o cambie los tacos”, señaló y dijo que a visto un aumento en los clientes que optan por arreglar en vez de gastar en calzado nuevo. “A veces, con una buena reparación, esos zapatos pueden durar varios años más”, cerró el zapatero.
Fuente: Despertar Entrerriano